HERNIA DEL NÚCLEO PULPOSO CERVICAL

Las hernias de la columna cervical o hernias del núcleo pulposo cervical son una patología menos frecuente respecto a las hernias de la columna lumbar, sin embargo alrededor del 10% de la población adulta sufrirá en algún momento de su vida una cervicalgia, un dolor que habitualmente se presenta en la cara posterior o en las laterales de cuello. La causa de una hernia de disco generalmente es el desgaste y desgarre del disco (también llamado degeneración del disco). A medida que envejecemos, nuestros discos pierden algo del líquido que los ayuda a mantener la flexibilidad. Es posible que la hernia de disco también aparezca como resultado de lesiones en la columna vertebral, que podrían provocar desgarros pequeños o grietas en la capa externa (anillo o cápsula) del disco. Es posible que el material gelatinoso (núcleo) que está adentro del disco se vea forzado a salir por los desgarros o por las grietas de la cápsula, que hacen que el disco se abulte, se rompa (ruptura) o que se divida en fragmentos. Las hernias de disco en el cuello (columna cervical) pueden causar dolor, entumecimiento o debilidad en el cuello, en los hombros, en el pecho, en los brazos y en las manos. En algunos casos la hernia de disco muy grande en el cuello podría causar debilidad u hormigueo inusual, y afectar a otras partes del cuerpo, incluidas las piernas.

Por lo general, en estos casos es necesario recurrir a un neurocirujano, especialista en cirugía de columna que puede diagnosticar la hernia de disco a partir de sus antecedentes de síntomas y un examen físico. Su médico preguntará acerca del dolor y el entumecimiento que podrían ser causados por la irritación de uno o más de los nervios de la columna cervical. El neurocirujano le solicitará exámenes de diagnóstico por imágenes como radiografías, exámenes de imágenes por tomografías computarizadas (scanner) o resonancia magnética de columna cervical, siendo este último el examen de elección.

Si se comprueba que existe una hernia del núcleo pulposo, el tratamiento es variable, dependiendo del estado general del paciente, intensidad del dolor, tamaño y ubicación de la hernia, compromiso neurológico y falta de fuerzas, ya que en estos casos puede ser necesario realizar la cirugía inmediatamente a fin de no tener consecuencias futuras en las raíces nerviosas. Sin embargo, muchas veces se puede iniciar un tratamiento médico por 2 a 4 semanas con analgésicos potentes, relajantes musculares y tratamiento kinésico y si el tratamiento médico fracasa, se plantea la cirugía de extirpación de la hernia del núcleo pulposo.

En relación a la cirugía de extirpación de la hernia del núcleo pulposo lumbar, actualmente disponemos de técnicas mínimamente invasivas como la microcirugía (cirugía con utilización de microscopio quirúrgico) y técnicas percutáneas que nos permiten disminuir la incisión en la piel, los días de estadía hospitalaria, el dolor postoperatorio, disminución de los riesgos quirúrgicos e inestabilidad de la columna, lo cual hace que el paciente pueda reintegrarse a su actividad laboral lo antes posible.